Reproducción en cautividad de la Tortuga Leopardo o Geochelone pardalis

Tortuga leopardo - Geochelone pardalis

La Tortuga Leopardo

La Tortuga Leopardo o Geochelone pardalis es la segunda más grande de África, encontrándose poblaciones con una media de 50 cm. de caparazón o más, y un peso de 15-20 Kg; hay sin embargo otras poblaciones, por ejemplo las del Serengueti, cuyos ejemplares alcanzan un tamaño menor.

Esta especie es de entre las tortugas de tamaño medio a grande, las de más fácil mantenimiento en cautividad, por lo que son bastante “populares” entre los aficionados a las tortugas. Desgraciadamente, la mayor parte de la demanda ha sido satisfecha mediante la importación de ejemplares capturados en su medio natural, y no con ejemplares criados en cautividad.

Recientemente se han puesto restricciones en Europa a la importación de estos animales, por lo que la demanda deberá ser satisfecha a partir de ahora con ejemplares criados en cautividad, por lo que es importante que se difundan las técnicas de cría en cautividad entre los propietarios de G. pardalis (lo que es trasladable a otras especies de tortugas)

 

Tortuga leopardo - Geochelone pardalis
Foto propiedad de: Lionel Rich

 

Las tortugas Leopardo o Geochelone pardalis tienen fama de ser difíciles de reproducir en cautividad, lo que se debe a una serie de razones:

La causa más frecuente es, desde nuestro punto de vista, la incompatibilidad de tamaño entre hembra y macho; los machos de tortuga leopardo casi siempre eligen la hembra de mayor tamaño entre las disponibles, con la razón fundada de que tendrá un potencial reproductor mayor. Esto es un gran problema cuando las diferencias de tamaño impiden al macho aparearse con la hembra. Por tanto, una solución adecuada seria quitar las hembras más grandes, y dejar sólo las que se adapten al tamaño   del macho.

Las tortugas leopardo también necesitan un recinto amplio al aire libre,  lleno de diferentes tipos de hierbas para poder comer y, en zonas de clima frío, un recinto interior con calefacción donde pueda mantener la temperatura   del cuerpo. Estas tortugas no se reproducirán si el espacio donde viven es limitado, o si la temperatura es muy baja.
La solución del recinto exterior para el verano en zonas de clima frío, puede ser una zona cubierta con plástico transparente (estilo invernadero);  de esta forma se creará dentro del invernadero un clima seco, parecido al hábitat  de las tortugas; en el interior se pueden plantar palmeras, yucas, hierbas silvestres de todas clases, cactus… Si se necesita elevar la humedad, se pueden usar aspersores. Para elevar la temperatura, se puede usar un tanque lleno de agua   y pintado por fuera de negro, que almacenará calor durante el día, y lo desprenderá durante la noche.

Este invernadero será un hábitat ideal para las tortugas; en zonas de clima cálido (sur y este de España), se puede recrear  este ecosistema al aire libre. El sustrato puede consistir en una mezcla de arena y tierra. Para facilitar el apareamiento y la puesta de huevos, es preferible que sea un terreno con ondulaciones, no llano (con pequeñas “colinas”). Para evitar problemas de higiene, el sustrato superior se puede sustituir de tiempo en tiempo por sustrato nuevo. El suelo debe ser considerablemente profundo, para permitir la construcción de nidos (los nidos suelen tener una profundidad mínima de 30 cm.; hembras de mayor tamaño pueden realizar nidos de hasta 45 cm. de profundidad).

 

Tortuga leopardo - Geochelone pardalis

 

Suelen poner los huevos al atardecer. Son animales bastante prolìficos; algunas hembras pueden hacer puestas cada 8-10 semanas, y cada puesta suele consistir en entre 6 y 20 huevos. Estos son anchos y de forma esférica, con una media de 40 mm de diámetro. Nosotros sacamos los huevos del nido inmediatamente después de que la hembra lo haya tapado, y lo llevamos a un incubador normal de tortugas. Los depositamos en un substrato de vermiculite húmedo, y son incubados a 30-31º.

La incubación en el caso de las tortugas leopardo suele ser un proceso bastante lento, y se han dado casos de una duración de incluso más de 6 meses. La media podría situarse en unos 5 meses, aunque la duración varía con las puestas.

 

Texto y fotos: Andy C. Highfield and Jill Martin, Tortoise Trust

Autor: Julio Iglesias

 

Revisado 17 Agosto 2023 — Revisado el 16 de Agosto del 2.020. -Publicado el 4 de Noviembre del 2.013

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